Los orígenes

Los orígenes


Hoy comienzo mi andadura en el mundo de los blogs. Esto siempre ha sido algo que me ha parecido curioso: gente que habla de ellos mismos, sus experiencias, opiniones y que lo comparte con quien le pueda interesar. La verdad es que hasta hace poco ni siquiera había leído un sólo blog, pero desde hace unos meses le he encontrado su punto y he decidido probar a  ver si soy capaz de reflejar mis experiencias y pensamientos en uno.

Antes que nada explicar que soy un padre de tres maravillosos niños, casado con una maravillosa madre y mujer. Guillem es el mayor (cumplirá 5 años en agosto), Clara es la segunda (3 años casi recién cumplidos) y Joan es el pequeño (1 año y 7 meses). Como podéis ver los tres son muy pequeños y se llevan poco tiempo (de hecho hay 19 meses casi exactos de diferencia entre ellos), lo cual hace que la vida de Mercè (mi mujer) y mía giré al 95% entorno a ellos cuando no estamos trabajando. Estamos muy ocupados y a veces casi no tengo tiempo ni para hablar con mi mujer, pero la verdad es que ser padres es la experiencia más maravillosa que uno puede experimentar: cuando llegas a casa y tus hijos vienen a recibirte con una sonrisa de oreja a oreja y te dan un abrazo, te sientes la persona más afortunada del mundo.

Pero mi idea no es sólo hablar de mi experiencia como padre, sino aprovechando que este domingo corro mi primer triatlón (categoría sprint) en Mataró. He querido hacer la vista atrás y pensar cómo he llegado hasta aquí... 

A lo largo de mi vida no es que haya sido una persona con una gran predisposición a los deportes, pero he tenido mis rachas:

-De pequeño mi padre me regaló una canasta y la colgó en un patio trasero que teníamos en nuestra casa. Me encantaba pasarme horas jugando yo sólo al baloncesto. Tiraba, tiraba y no dejaba de tirar... tanto que de tanto jugar me cargué la canasta y me compré otra con los ahorros que tenía entonces. Esto debía ser cuando tenía yo entre 8 y 12 años... Tanto tirar a canasta hacía que cuando jugaba en el colegio con otros niños siempre ganaba al juego aquel... el 21. 

-Otro año que practiqué muchísimo deporte fue a los 16 años. Tuve la suerte de que mis padres me enviaron un año a estudiar el 3ºde BUP a Estados Unidos con una familia americana. En los colegios de los EEUU el horario finaliza a las 15:30, con lo que las tardes se dedican a participar en alguno de los muchos deportes de equipo del instituto. Yo me apunté en otoño al de Soccer (vamos fútbol de toda la vida) en el que siempre he sido bastante malo (y ahí tuve oportunidad de demostrarlo con creces) y en primavera al de Tenis (deporte en el que era algo mejor). También me apunté al club local del YMCA en el que había unas instalaciones deportivas que no estaban nada mal. Practicaba unas 2-3 horas de deporte diariamente, me puse fuerte, me adelgacé y estilicé.

-Por último, cuando tenía 24-26 años cogí la rutina de ir a nadar 2-3 veces por semana como mínimo, y cada vez que iba me cascaba unos 2 kilómetros de natación. Entonces me sentía muy bien físicamente.

Pero me casé, me fui a vivir a otro pueblo (El Prat, el pueblo de mi mujer), dejé de ir a natación y lo único que hacía era jugar una vez a la semana con un amigo a tenis y otro día  con mis amigos de toda la vida en una de las muchas ligas particulares de fútbol sala que organizan en Barcelona. Pero, la verdad, es que era de largo el peor del equipo y por tanto el que gozaba de menos minutos. Todo esto hasta que nació mi primer hijo y me retiré completamente...

Comentarios