XII Triatlon Sprint de Mataró, mi primer Triatlon

XII Triatlón Sprint de Mataró, mi primer Triatlón

Poco a poco iré actualizando y añadiendo entradas explicando como yo, un tío que nunca ha hecho deporte con asiduidad, ha acabado haciendo una triatlón aunque sea por libre. Pero ahora lo que me apetece es narrar mi experiencia en el Triatlón de ayer domingo. He de decir que hasta hace 9 meses no había participado en ninguna competición, y ahora ya llevo dos carreras de 10 kilómetros, una de 5 kilómetros, un duatlón de montaña y desde ayer un triatlón sprint... y me he fijado como reto hacer una media maratón antes de que acabe el año...

Ayer por la mañana el despertador sonó puntual a las 6:30 de la mañana, 5 minutos haciendo el remolón y ¡en pie! Lo primero desayunar para darle tiempo a mi cuerpo a asimilar los alimentos de cara al esfuerzo que se me venía encima. Me visto y cojo todo lo que había preparado con ilusión la noche antes: zapatillas de correr, de bici, gafas de nadar, casco, gafas de sol, vaselina, neopreno, portadorsal, bidón de bebida y unos geles que me había comprado para la ocasión. Cogemos el coche, ponemos el GPS y 45 minutos hasta Mataró. Al llegar aparco con facilidad justo al lado de donde tengo que recoger el dorsal, gorro y chip de la "plebe" como yo, los NO-FEDERADOS... buff vaya cola! Miro con nerviosismo el reloj y veo que no avanzamos: no tendré mucho tiempo si quiero calentar! Me encuentro a un antiguo compañero de carrera que es de Mataró y lleva años en esto del tri, nos saludamos y nos deseamos suerte. Por fin logro mi preciado dorsal, gorro y chip y corriendo a prepararme para ir con mi bici y mis zapatillas a boxes. Coloco mi bici, mis zapatillas en su orden. primero las de bici, luego las de running, una toalla en el suelo para cuando llegue con los pies mojados... y corriendo a la salida de natación con el neopreno a medio poner que casi no queda tiempo. Voy hacia la playa y allí veo a la gente que está calentando en el agua, yo ya veo que no podré porque además ni siquiera llevo el neopreno cerrado. Por suerte un fotógrafo se ofrece a ayudarme y... ya estoy enfundado. Me encuentro con varios conocidos: Jordi, que me ha dado un montón de consejos (todo un veterano en el mundo del Tri y federado) y con el que coincidimos a veces en nuestro gimnasio, el DIR de Sant Cugat, y que corrimos juntos la Cursa de Bombers y Joan, socio de Pau, un amigo del Prat y con el que habíamos hecho alguna salida en BTT. Todos me dan ánimos y me dicen que me lo pasaré bien, que pasa rápido. Yo con no ahogarme me conformo!

A todo esto resulta que la salida no es desde la playa, sino que hay que nadar unos 50 metros y se sale entre dos boyas. La mar está más movida de lo que pensaba, y es que la tarde anterior era como una balsa de aceite. Salen las chicas, al cabo de 8 minutos los federados y 2 minutos después "la Plebe". Me meto en el agua sin tenerlas todas conmigo: he entrenado mucho natación las últimas semanas, pero nunca he nadado con neopreno y tampoco en el mar. Nada más llegar a las dos boyas dan la salida y... a nadar! ¿nadar? Imposible, ¡no puedo nadar! No sé que me pasa, pero me ahogo! No puedo respirar bien! Debe ser el neopreno que me oprime mucho el pecho y no puedo llenar bien mis pulmones. Asumo que deberé sacar la cabeza a cada brazada, pero... no puedo nadar a crol! Me vienen directas las olas por ese lado y trago agua. Es justo en ese momento que pienso que qué carajo estoy haciendo yo allí cuando podría estar tranquilamente en mi casa con mis peques. Miro alrededor mío pensando que seré el último, pero para sorpresa mía hay unas cuantas personas detrás mío y tengo bastante gente alrededor. Así que decido nadar como me salga de las narices y me pongo a hacer braza (principalmente), algún tramo espalda (no soy el único). De hecho el nadar a braza tiene la ventaja de nadar en línea recta a las dos boyas que he de pasar... ¡la de gente que se despista y me las encuentro nadando hacia Mallorca! (evidentemente les aviso y me lo agradecen). Después de un rato alcanzo la última boya y hago un giro de 90º en dirección a la playa... ¡ahora ya puedo nadar a crol! Así que finalmente llego a la orilla (¡no me ahogado!) y empiezo mi transición con el agua en las rodillas. Me empiezo a quitar la parte de arriba del neopreno, que sale sorprendentemente rápido (gracias a la gran cantidad de vaselina que me había puesto), gafas, gorro y ¡a correr a por la bici! Me sorprende que adelanto a varios triatletas que van caminando o corriendo más despacio que yo, supongo que deben estar mareados, cosa que yo no lo estoy. Llego a la bici y me llena de moral que justo detrás mío llega un colega de box con el que había estado hablando antes de salir. El neopreno acaba de salir rápido, me pongo calcetines y zapatillas de bici, casco, gafas y ¡a correr! 

Me subo a una bici de carretera por segunda vez en mi vida y veo que estoy bien. Tengo bien aprendida la lección y en mi mente está hacer o encontrar "grupillo" para hacer drafting... pero sólo ciclistas sueltos. Los no federados éramos un grupo menos numeroso y habíamos salido después de los federados. Voy pillando el ritmo, el circuito como ya sabía es plano y paralelo a la costa. De repente me adelantan varios grupos de ciclistas como flechas, ¡deben ir como mínimo 30-40! Imposible pillar rueda estos me llevan una vuelta de ventaja y son unos máquinas! Ya asumo que mi aventura será en solitario... Llego al final de recorrido, media vuelta y... viento a favor! Le meto caña y subo revoluciones... empieza a llover... mierda. Veo que la bici ya no es tan estable y noto que me ha patinado un poco un momento, aunque sin peligro... ¡hay que ir con cuidado! Al iniciar la segunda vuelta me avisan en una rotonda que vaya con precaución, que resbala. Hay varios ciclistas que se han ido al suelo, algunos con cara de doloridos. Pongo mi atención en no caerme, pero por suerte ha parado de llover. Acabo el recorrido de bici y directo al box. Me pongo las bambas de correr (con mis nuevos Lock Laces recién estrenados), me tomo un gel y agua (es la primera vez que me tomo uno) y... a correr. La transición de pasar de bici a correr es complicada en el triatlón, me digo, objetivo acabar, un ritmo tranquilo al principio hasta que mis piernas se habitúen a la carrera. El recorrido es plano y buena parte es en el espigón del puerto. Nada más empezar  me cruzo con "Mamá Ironman" del Club Gavà Triatló (leo su blog con asiduidad desde que apareció su historia en Sportlife) y la saludo (¡qué ilusión!), con ello distraigo un rato la mente. Seguimos corriendo, damos la vuelta al final del espigón y vuelta hacia la zona de boxes donde aún tengo que dar otra vuelta, bebo agua (siempre me cuesta beber agua corriendo y bebo poca para no perder tiempo) y vuelta al espigón. En los últimos 1500 metros ya camino a meta veo que estoy bien y que puedo apretar más, ¡a por ello! Adelanto a varios corredores, lo cual me llena de moral, pero cuando ya se acaba el espigón, noto que el cuádriceps de la pierna derecha se me está apunto de subir... ¡no pares, si paras se te subirá de verdad y será peor! Sigo corriendo, el dolor del cuádriceps es superable y ... ¡Finisher! Subo los brazos como de costumbre, yo me siento campeón a mi manera. Después ya en meta y boxes me encuentro con Joan y con Jordi (con quien me hago la foto que aquí veis).

De vuelta para casa, hablo con mi hermana y le digo que cuento que habré hecho entre 1:30 y 1:40, que mi objetivo era no ahogarme y acabar y que la natación me ha ido muy mal. Cuando llego a casa, para mi sorpresa mis resultados son mucho mejores de lo previsto: ¡1 hora y 27 minutos! ¡Me he tirado casi 20 minutos nadando, pero luego mis parciales en la bici (casi 43 minutos) y la carrera a pie (24 minutos) han sido más que aceptables!

Así que de ahora en adelante me plantearé si quiero repetir la experiencia en un triatlón en un futuro. Pero tengo claro que tengo muuucho que mejorar.

Salud y kilómetros,

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