El 3 de Marzo de 2013 tuve la oportunidad de disputar mi
segunda Media Maratón. La verdad es que cuando me planteé los retos para este
año, estaba el correr una media maratón y tenía muy claro que quería que fuera la de
Barcelona. La sorpresa fue cuando a finales de enero-principios de febrero me
enteré de que se iba a organizar una media en el pueblo donde vivo, El Prat de
Llobregat. En el Prat hay una gran tradición de deportistas, con corredores de
fondo de élite, uno de los primeros y mejores clubes de triatlón de España (de
hecho la última ganadora de la Cursa de la Mercè es una triatleta del Prat
Triatló de tan sólo 17 años). Además el hecho de que esté al lado del mar y que
haya un paseo pensado para correr al lado de los parajes del Delta del
Llobregat, hace que haya una gran afición al running. Por ello, y
dado que en el pueblo ya hay dos carreras de 10 kms durante el año, además de
una duatlón y un triatlón por equipos, hacía que lo “natural” es que tarde o
temprano se organizara una media. Así, pocos días después de acabar la media de
Barcelona decidí apuntarme a la media de El Prat. La verdad es que tenía mis
dudas ya que la recuperación de la Media de Barcelona fue complicada porque durante
unos días sentía las piernas muy agarrotadas y la media de El Prat era tan
sólo 2 semanas después de la de Barcelona, pero me hacía una ilusión terrible
poder ver a Mercè y los niños esperándome en la meta.
Salida de la CArrera, soy el de la izquierda con camiseta blanca y gafas |
Así , el día 3 me fui corriendo hasta el lugar de salida (al
trote cochinero para calentar), en el Club Esportiu Sagnier. Me encontré allí a
los Cangreburguers: Xavi Borràs, Pau Codina, Jordi y Toni, ellos se tomaban la
carrera como un entrenamiento de cara a la Maratón de Barcelona que era justo
dos semanas después y su objetivo era hacerla en dos horas. También di con David, mi vecino y también finisher de la Media de Barcelona, y nos fuimos
todos para la salida. Tenía pensado intentar mejorar mi marca de Barcelona,
dado que el recorrido de El Prat es casi al 100% plano y creía que podía buscar
un ritmo algo más rápido de pulsaciones. Nada más salir, David y yo nos pusimos
juntos corriendo a ritmo, la verdad es que no estoy acostumbrado a correr
acompañado, pero dos horas son muy largas y David es un tipo cojonudo. La
salida pasaba por una zona muy fea de El Prat, un polígono industrial con
ningún tipo de encanto, pero enseguida enfilamos la Avinguda Remolar y ya nos
acercábamos al más agradable Parc Agrari y al camino de la playa de El Prat.
Hacia el km 3 veo en el horizonte una figura conocida: Rafael Duran, el padre
de Eudald un amigo de mi hijo mayor, Guillem. Rafael es uno de los muchos casos
en que el running le ha cambiado la vida y la silueta, hace unos años cuando lo
conocí estaba más bien gordito, pero desde hace un par de años se ha puesto a
correr y es un hombre nuevo (y más rápido que yo, que no es difícil). Me pongo
a hablar con Rafael y me dice que es su primera media y que no sabe cómo
acabará.
David, Rafael y yo nos ponemos a correr juntos, más o menos
al mismo ritmo. No obstante, viendo nuestro ritmo y lo que marca mi Garmin,
tengo la sensación de que vamos demasiado rápido: a 5:10 el km como máximo. Se
lo digo en más de una ocasión a David, creo que vamos demasiado rápidos, a
pesar de que yo me encuentro relativamente bien. Después de dos o tres
kilómetros por el Parc Agrari, llegamos al camino de la playa lugar donde suelo
hacer mis tiradas largas, vamos,
estoy como en casa, este recorrido lo podría hacer a ciegas. En el Km 6 primer avituallamiento,
cogemos el agua y seguimos. En el km 7 (justo antes del túnel, único punto en
que hay una breve bajada seguido de un ligera subida) hago un cálculo mental
erróneo pensando que a ese ritmo acabamos en 1 hora 45 minutos, a lo que me
corrigen. Es justo en este punto donde nos encontramos ya a los corredores que
van de vuelta y es de las pocas carreras que he presenciado la cabeza de
carrera: ¡cómo corren los tíos! ¡menudo ritmo!
Finalmente llegamos a la playa, donde hay que correr un rato
paralelo a la costa dirección Viladecans y al final dar la vuelta para volver a
El Prat. Es justo en este punto que Rafael se empieza a distanciar un poco, cuando
nos acercamos al KM 10 de la media Maratón. En este punto flipo con el tiempo: ¡52
minutos y 30 segundos! ¡Sólo 1 minuto más que en Bombers o la Jean Bouin! Con
este ritmo me planto tranquilamente en 1 hora y 50 minutos o incluso menos,
pero como se demostró más tarde y como yo ya había sospechado mi fuerte ritmo
del principio lo pagué.
Llegamos al final de la carretera paralela a la playa, pero damos la vuelta unos metros antes, a lo que David bromea que él sigue hasta el final, que él siempre llega al final y da la vuelta. En el km 11 cojo otra botella de agua y me tomo mi gel, aquí veo que el parcial de este km se ha reducido a 5:25, lo atribuyo al tiempo perdido en el avituallamiento y al gel, pero compruebo que ya apenas veo a Rafael. Seguimos David y yo codo con codo y mis sospechas se van confirmando kilómetro a kilómetro, vamos a un ritmo algo más lento que antes, ¿las causas? No lo habíamos notado a la ida hacia la playa, pero hay un muy ligero viento en contra (ligero, porque por experiencia aquí en El Prat el viento te puede frenar de forma exagerada cuando corres) y seguramente que hemos ido muy fuertes al principio. Al llegar al km 15 me siento realmente fatigado, pero tengo a mi compañero David que hace que me mantenga y no pierda el ritmo. Es en este tramo (y luego todo el rato) cuando me doy cuenta de lo BIEN organizada que está esta media maratón, donde no hay ningún punto donde los recortadores y #runnerdemierda puedan hacer de las suyas: ¡un 10 a la organización!
Llegamos al final de la carretera paralela a la playa, pero damos la vuelta unos metros antes, a lo que David bromea que él sigue hasta el final, que él siempre llega al final y da la vuelta. En el km 11 cojo otra botella de agua y me tomo mi gel, aquí veo que el parcial de este km se ha reducido a 5:25, lo atribuyo al tiempo perdido en el avituallamiento y al gel, pero compruebo que ya apenas veo a Rafael. Seguimos David y yo codo con codo y mis sospechas se van confirmando kilómetro a kilómetro, vamos a un ritmo algo más lento que antes, ¿las causas? No lo habíamos notado a la ida hacia la playa, pero hay un muy ligero viento en contra (ligero, porque por experiencia aquí en El Prat el viento te puede frenar de forma exagerada cuando corres) y seguramente que hemos ido muy fuertes al principio. Al llegar al km 15 me siento realmente fatigado, pero tengo a mi compañero David que hace que me mantenga y no pierda el ritmo. Es en este tramo (y luego todo el rato) cuando me doy cuenta de lo BIEN organizada que está esta media maratón, donde no hay ningún punto donde los recortadores y #runnerdemierda puedan hacer de las suyas: ¡un 10 a la organización!
Seguimos marcando parciales claramente inferiores a los de
la primera mitad de carrera: 5:27, 5:29, 5:27, 5:34, 5:35… Me cuesta mantener
el ritmo. Dejamos finalmente la carretera de la playa y pasamos por detrás del "afamado" barrio de Sant Cosme, cuando de nuevo nos acercamos a la zona
industrial de El Prat: la fábrica de la Damm en la Avinguda Onze de Setembre.
Dejamos la Avinguda girando a la izquierda en el Carrer Roure y luego otra vez
a la izquierda en el Carrer Pi. Al llegar a la Ronda de Ponent me doy cuenta de
lo brutalmente bien organizada está esta carrera para evitar tentaciones a
recortadores y #runnerdemierda: en una esquina en que se podía recortar un
poquito por la acera, han puesto una cinta con toda previsión, ¡brutal! En este
punto donde rebasamos la barrera del km 20, sólo queda 1 km y 100 metros para
la meta y veo claramente que voy a mejorar mi marca de Barcelona de hace dos
semanas, aunque… ¡estoy muy muy petado! Cuando estamos a punto de llegar al km
21 le digo a David, “¿te imaginas correr ahora el doble?” ” No, no me lo
imagino, estoy bastante petado”.
Entrando a meta con Guillem y Clara (en verde), mi compañero de fatigas, David, en azul |
Ya se visualiza la entrada a las pista de
atletismo del Club Esportiu Sagnier, lo cual hace que esta carrera sea especial
ya que en pocas la meta está en una pista de atletismo, como si fuese la meta
de una Maratón de los Juegos Olímpicos. Entramos finalmente en el estadio y
decido esprintar los últimos 100 metros. David “se pica” y también se pone a
apretar y me adelanta. Cuando me falta una decena de metros para le meta veo
como salen corriendo a recibirme mis dos hijos mayores Guillem y Clara (los veo
y me da un vuelco al corazón) y entramos juntos a la meta… ¡feliz, feliz,
feliz! ¡genial! ¡precioso! Les doy un beso mientras trato de recobrar el
aliento y les digo que se vayan con Mercè que ahora vengo. Recojo un Aquarius
(que creo ingiero en menos de 30 segundos) y un bocata (como siempre genial la
organización), y vuelvo con mis niños y Mercè. Muchas gracias cariño, te
quiero, eres genial además de la mejor madre del mundo.
Foto con mis peques para la posteridad, estiramientos, recogida de la bolsa y vuelta a casa. Un agradecimiento muy especial a David, estoy seguro que sin ti no hubiera podido mantener el ritmo los últimos kilómetros, eres un tipo genial. ¡Ah! ¡El crono, casi se me olvida! 1 hora 54 minutos y 25 segundos, dos minutos menos que en la media de Barcelona, aunque allí acabé mucho más entero. Por cierto, Rafael nos sacó casi 6 minutos en meta, lo cual demuestra nuestro “bajón” de la segunda mitad de la carrera.
Foto con mis peques para la posteridad, estiramientos, recogida de la bolsa y vuelta a casa. Un agradecimiento muy especial a David, estoy seguro que sin ti no hubiera podido mantener el ritmo los últimos kilómetros, eres un tipo genial. ¡Ah! ¡El crono, casi se me olvida! 1 hora 54 minutos y 25 segundos, dos minutos menos que en la media de Barcelona, aunque allí acabé mucho más entero. Por cierto, Rafael nos sacó casi 6 minutos en meta, lo cual demuestra nuestro “bajón” de la segunda mitad de la carrera.
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Con mis peques, Clara y Guillem. Joan está a la derecha de la imagen pero no estaba de buen humor... nuestro chiquitín |
Mi próximo reto… quizás la Cursa de Bombers (mini reto,
porque 10 kms no es mucho a estas alturas, aunque me gustaría bajar de la barrera psicológica de los 50 minutos) y este año hacer una o dos triatlones
sprint, estrenarme en una olímpica y una travesía a nado hacia final de año. Si puedo igual hacer otra media antes de
final de año para plantearme seriamente EL RETO del Maratón de Barcelona 2014. ¡El tiempo dirá!
Salud y kilómetros
Salud y kilómetros
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