TRIATLÓN DE PALAMÓS

Nota: esta crónica he tardado bastante en colgarla y en acabarla porque el pasado 26 de julio falleció de forma inesperada mi padre, Eduardo Liria, a los 70 años de edad. El golpe ha sido muy duro y he estado muchos días y semanas sin ganas de nada. Me siento muy feliz de que mi padre una de las últimas cosas que hizo fue verme hacer el inconsciente en un triatlón, este de Palamós, era algo que él no entendía. Te echaré de menos papá, sé que siempre te tendré a mi lado. Te quería, te quiero y siempre te querré. Descansa en paz

El pasado sábado 12 de Julio de 2013 disputé mi segundo triatlón del año, el tercero de mi vida: el Triatlón de Palamós en categoría Start-Sprint. Este triatlón se organizó a raíz de que Palamós fue escogida por primera vez como una de las sedes de la Copa del Mundo de Triatlón , con los super pros del mundillo (organizada por la ITU y la empresa Bdream). Yo era consciente de ello, pero no de que se iban a disputar pruebas para los triatletas populares. Y es que hace apenas un mes vi a través de la web de www.eurotri.com una promoción para apuntarse de al triatlón de Palamós por un precio muy económico: ¡20 € por un Sprint! Lo consulté a la familia y dudé de si debutar en distancia olímpica, pero no veía que pudiera llegar con la preparación adecuada y preferí ser conservador, otra sprint.

El sábado me levanté a las 6 de la mañana con el objetivo de salir de casa como muy tarde a las 6:30 de la mañana. Desayuno paleo, cojo mis cosas, la bici y… ¡hacia Palamós! La idea era haber ido la noche antes a dormir a Llafranc toda la familia, pero un evento no previsto (representación sábado mañana de Clara y Guillem con el casal de teatro que habían ido durante dos semanas) hizo que me tuviera que pegar un auténtico palizón. La salida de mi prueba era a las 10:20 h, con lo que tenía tiempo de sobras, ya que hasta las 9 de la mañana podía recoger el dorsal. Todo iba como la seda hasta que a medio camino me doy cuenta de que me he dejado… ¡las gafas de nadar junto con los tapones de los oídos! Pienso que tengo tiempo y algo encontraré o a malas nado sin gafas y sin tapones. Llego a Palamós antes de las 8 de la mañana, aparco rápidamente, saco mi bici y me voy con ella a localizar la nave donde recoger el dorsal. Voy rodando por Palamós, me cruzo con otros ciclistas y pienso, vaya me debería haber puesto el caso… ¡el casco! ¡También me he dejado el casco! Me maldigo por mi poca cabeza y pienso que algo encontraré, que hasta las 10:20 tengo tiempo. Recojo el dorsal. En la feria del corredor en el Paseo Marítimo de Palamós unas chicas hacen conmigo el negocio de la mañana: casco (rebajado, menos mal) y gafas de nadar. Regreso al coche, selecciono el material cuidadosamente, me voy a tomar un café y farmacia donde me compro tapones y ¡ya está! Ya lo tengo todo.

Llamo a mis padres que me dijeron que vendrían a verme y a estar un rato conmigo antes de la prueba (ellos están pasando unos días de vacaciones en Calella de Palafrugell) y parece que vendrán justo para verme salir, van retrasados. Así decido ir a boxes para dejar la bici y así poder calentar tranquilamente. Al llegar a boxes revisan mi bici y no me dejan pasar: se me ha perdido uno de los dos tapones del manillar, “¿y por esto no me dejáis pasar?” “sí, está en el reglamento” (prometo leer todos los pormenores del reglamento). Salgo de la cola y en uno de los tenderetes donde venden material les pido si me pueden dejar el celo grueso que veo encima de la mesa, tapo como buenamente puedo el tapón y de vuelta a boxes. Finalmente, hacen la vista gorda y me dejan pasar. Localizo rápidamente mi ubicación (más cerca de la entrada a boxes que en Mataró, menos mal), coloco todo mi material y a la playa.
La zona de boxes donde estaba mi bici
Todo listo y dispuesto para hacer la T1 en el menor tiempo posible. He de hacer algo con las zapatillas de bici

Este será el primer triatlón que disputo en el que está prohibido el uso del neopreno en el segmento de natación, así que será una novedad para mí el probar de nadar directamente con el tri-traje. En la playa tengo tiempo suficiente para calentar un poco, notar la sensación del agua sin neopreno y por supuesto mis gafas nuevas. Las sensaciones excelentes. Poco a poco se acerca la hora de la salida y no hay rastro de mis padres, así que parece que llegarán tarde.
Instantes antes de la salida, yo soy el que está de pie a la izquierda del todo de la imagen y que sólo se me ve la cabeza

Entrando en el agua tras dar la salida, soy el del centro de la imagen

Finalmente todos los de gorro azul nos vamos colocando en la salida, yo me pongo en un lateral a la derecha donde seguramente recibiré pocos golpes y podré nadar más tranquilo. Estoy bastante tranquilo y confiado de mi natación, lo cual creo que es bueno. Dan la salida y… a por ello. En seguida tengo la sensación de que todo el mundo me pasa y que voy solo, pero no, veo que voy nadando paralelo a muchos otros triatletas. Y entonces me pasa algo que no me había pasado nunca: calambre en la planta del pie izquierdo ¿cómo es posible? Es bastante doloroso y por unas décimas de segundo pienso en abandonar, pero ¿por una tontería como esta abandonar? NO. Decido forzar poco el pie casi sin moverlo y seguir con mi ritmo de natación y poco  a poco todo vuelve a la normalidad. Al llegar a la primera boya la paso totalmente pegado y aquí ya me uno al “pelotón” de nadadores y recibo algunos golpes. Seguimos hacia la segunda y la tercera boya que es donde tienes que dar la vuelta e ir directo a la playa. Me siento bien, mi natación la noto fluida y voy al mismo ritmo o más rápido que muchos otros participantes. Adelanto a varios triatletas. Finalmente llego a la playa y salgo del agua: 16 minutos  y 850 metros, o el circuito era más largo de lo normal o he hecho algunas eses (cosa que luego vi que no fue así), ¡buen tiempo!

En la transición hay que hacer un recorrido muy laaaaargo por la playa hasta llegar a boxes, me pasan muchos triatletas  que corren más rápido que yo, que hago lo que puedo. Es justo aquí donde veo por única y última vez a mis padres (¡qué ilusión!) que me ven pasar corriendo mojado. Llego a mi bici y tengo los pies y piernas súper llenos de arena que no se me despega. Me pongo los calcetines con arena en los pies y a continuación las zapatillas de bici que no hay manera de que me entren… ¡mierda! Después de mucho forcejear me las pongo más o menos y cojo el camino de salida de boxes: ¡4 minutos de transición! Lamentable,  algo he de hacer para mejorarlo.

Ya en la bici pienso que esta vez sí que tengo que pillar “grupeta”, pero de nuevo imposible. La verdad es que es muy difícil pillar rueda por que el circuito es muy técnico con continuas subidas y bajadas, muchas curvas y giros de 90º o incluso 180º. En el primer kilómetro ¡zasca! mega repechón jodido en el que tengo que poner plato pequeño y subir piñones y en el que mucha gente me adelanta. Coronamos finalmente una colina y empieza un descenso rápido y vertiginoso en el que se cogen buenas velocidades, luego llegamos a un llano (muy breve), damos la vuelta y volvemos a subir para acercarnos a la Fosca. Este tramo es un continuo de giros de en una zona residencial y donde no se puede ir todo lo rápido que uno querría. Enseguida vuelve un pequeño repecho y coronamos el camino que transcurre paralelo a la costa y desde donde se ve el puerto de Palamós. Aquí empieza un tramo de fuerte bajada donde se alcanzan velocidades altas y yo a recuperar el tiempo perdido subiendo. El circuito es duro pero muy muy divertido. Pasamos por boxes de nuevo e inicio la segunda vuelta que la hago bastante rato junto a una chica que va más o menos a mi ritmo. Al final de la segunda vuelta me lanzo a tumba abierta a por la meta y la dejo muy atrás. Llego a boxes, me descalo y bajo de la bici y a por la segunda transición.

Esta segunda transición la hago muy bien, me quito rápido gafas, casco y me cambio de zapatillas y… ¡a correr! Voy tan animado que me despisto y me engancho con algo que hay en mi camino, tropiezo y me caigo. Resultado: rodillas sangrando y se me sube el gemelo de la pierna izquierda antes de salir de boxes. Visto mi panorama, paro y espero que todo vuelva a la normalidad y me marco un objetivo claro, ACABAR. Así impongo un ritmo llevadero para mi lamentable estado a cause de la caída. Me adelanta mucha gente y voy a ritmos de 5:30 mins/km. Hace un calor sofocante en el recorrido que transcurre paralelo a la playa dirección Sant Antoni de Calonge, dos vueltas en total con teóricamente 1250 metros de ida y 1250 de vuelta. Se me hace MUY pesado el recorrido, tengo ganas de acabar y parece que no llega nunca la meta (me salieron 5,6 kms de run según el Garmin), en los avituallamientos cojo el agua y me la tiro por encima para refrescarme.

Finalmente llego al final del recorrido y enfilo la meta. Este es un momento espectacular ya que te hacen un subir una rampa con el suelo todo enmoquetado de color azul para bajar a continuación hacia la meta. En este tramo un niño quiere chocar conmigo la mano, ¡qué ilusión! ¡como los pros cuando ganan una carrera! Llego a meta y ¡feliz! de nuevo Finisher de un triatlón distinto y muy bien organizado. Tiempo final oficial 1:31:46, siendo mi mejor tramo el de la natación.

Finisher y satisfecho
Llego a meta, me tomo un par de plátanos, un Aquarius, agua y pido que me curen las heridas. Busco a mis padres y no los encuentro, se han ido (se pensaban que duraba mucho más la prueba). Recojo mis cosas y para casa con el deber cumplido. Próximo reto: Triatlón Olímpico de Gavà organizado por los de Wild Wolf Series by Polar.


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