Este pasado domingo 29 de septiembre lo tenía marcado en mi
calendario desde hacía meses, y es que afrontaba mi primer triatlón en
distancia olímpica. Este año ya llevo disputados dos tris sprint que junto con
mi debut el año pasado sumaban ya 3 triatlones en mi haber, no obstante tras
ellos siempre me quedaba la sensación de que se me había hecho muy corto
(especialmente el de Mataró de este año).
Me habían hablado de que el olímpico se disfruta más, que no es tan
“agónico” como el sprint, que las transiciones tienen menor importancia… vamos
que después de haber probado un “Magnum Mini” quería probar un señor “Magnum”.
Por ello toda mi planificación desde principios de Junio se centró en este
triatlón (con el añadido entre medias del tri sprint de Palamós, en el que
disfruté como un enano). Las últimas semanas (el último mes) había seguido casi
al 100% la planificación que me había marcado Andreu López, mi entrenador
personal on-line de www.mybestchallenge.com, que junto mi pérdida de peso desde que
me inicié en la paleodieta han transformado mi figura. Me sentí y me siento más
fuerte y en forma que nunca, especialmente al darme cuenta que he ganado
velocidad en la carrera (mi punto más flojo) y tras un entrenamiento de bici
brutal el fin de semana anterior en el que hice unos grandes parciales (50 kms
a un promedio superior a 30 kms/hora).
No obstante, la noche antes del triatlón, el sábado 28 todo
estuvo a punto de irse al garete y es que tuvimos que ir de urgencias al
hospital con mi hijo pequeño ya que no podía respirar. Joan con un mes de vida
estuvo ingresado una semana en el Hospital de San Juan de Dios por
bronquiolitis a causa del virus VRS y ya no avisaron que sería un niño con
tendencia a generar bronquitis, como así fue. Desde entonces ya ha estado
ingresado varias veces más y a la mínima nos asustamos y vamos al médico. Aquella noche el niño se nos ahogaba, eran
las 11 de la noche y no teníamos con quién dejar a los otros dos niños, así que
Mercè se fue con Joan en taxi al hospital y yo me quedé con los niños, los
acosté y me preparé, por si acaso (yo veía que no sería posible
disputarlo) todo lo necesario para el triatlón:
tritraje, dorsal, neopreno, geles… Mercè regresó a las 2 de la mañana y yo
estaba despierto esperándolos. Ella me animó a que fuera visto que lo de Joan
era menos grave de lo que parecía. Yo la verdad es que no hubiese ido si no
fuera porque tenía el dorsal, chip, pegatinas, de mi amigo Xavi que me pidió
que se lo recogiera en su nombre.
Así, sin apenas dormir, me levanté a las 5:50 de la mañana
del domingo 29. Desayuné paleo (tortilla de 2 huevos, jamón de york, plátano,
zumo de naranja y café solo con stevia), llené los bidones, repasé la lista de
cosas para el triatlón (imprescindible después de la empanada monumental de
Palamós), cargué el coche y para Gavà. Aparco al lado de un montón de otros
coches, todos con nuestras bicis y aún de noche. Voy al punto de encuentro
donde he quedado con Xavi, de camino me cruzo con su amigo Jordi Crespi que no
participa pero viene para animar y hacer fotos a sus compañeros de club los
Dragons. Me encuentro con Xavi y él se da cuenta que se ha dejado el
portadorsal (hay que repasar siempre la lista), pero se hace con uno una tienda
que estaba allí mismo. No tenemos mucho más tiempo y nos dirigimos a dejar las
cosas en boxes.
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La tercera salida, la mía |
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Luchando contra las olas en los primeros metros |
La zona de boxes y transición es enorme, no en vano está
preparada para unos 2000 triatletas. Yo ya disfruto de estos momentos previos
en boxes, te saludas con los vecinos, comentas cuatro cosas, alguno te pide
vaselina y siempre hay alguna anécdota: mis vecinos de box resulta que se
conocían porque uno de ellos era el profesor de la clase de la hija del otro
(el mundo es un pañuelo). Dejo todo listo para hacer la transición lo más
rápida posible, me pongo el neopreno y… ¡hacia la playa, que queda poco tiempo
para la primera salida! Allí me encuentro a Xavi y a Crespi que nos ayuda a cerrarnos bien el neopreno por detrás para
que no roce. Vamos Xavi y yo a la salida y nos damos cuenta que han modificado
el recorrido debido a la mala mar. Por megafonía nos han dicho que han estado a
punto de suspender el tramo de natación,
pero han preferido acortarlo a 750 metros (lo que se nada en un sprint) para no
convertir nuestra prueba en un triatlón. Me da pena porque no completaré una
olímpica entera, pero es lo más sensato ya que hay mucha gente que tiene poca
experiencia nadando en el mar y las olas y corrientes son importantes. Hay 4
salidas cada 3 minutos en la distancia olímpica Xavi sale en la segunda (gorro
azul) y yo en la tercera (blanco). Una vez ya han salido las dos primeras el
speaker nos aconseja por megafonía salir lo más a la derecha posible ya que la
corriente nos llevará de forma natural hacia la izquierda ya que si no nos
podremos pasar la primera boya. Así lo hacemos la mayoría, dan la salida y… ¡a
luchar contra las olas! La playa de Gavà es muy plana y cuesta que cubra,
además al cabo de unos 40-50 metros hay un banco de arena donde rompen las olas
con fuerza y donde trago algo de agua. Además no paro de recibir golpes (suerte
que me puse las gafas de nadar debajo del gorro a última hora) y es que todos
nos hemos puesto lo más a la derecha posible. Una vez pasado el banco de arena
se puede nadar con más comodidad, aunque no se ve nada, absolutamente nada ya
que con el movimiento el agua está muy turbia, aunque intento fijarme de no
tocar ninguna “bonita” medusa. El nado ahora es más cómodo e intento ir
relajado, sin forzar dado que el estado de la mar es delicado. Llego
rápidamente a la primera boya (suerte del globo de helio que estaba atado a
ella), giro (muchos más golpes) y busco con la mirada la segunda boya, pero con
tanto oleaje no la veo, decido seguir a los de delante y por mi orientación.
Llegado un punto me doy cuenta que rápidamente he llegado a la segunda boya y
de hecho me la he pasado (muy a la derecha) y enfilo en diagonal hacia la
salida del agua con el mar de cola totalmente a mi favor. Aquí ya hay una mezcla
de colores de gorros importante, pillo gente con color azul, rojo (1ª salida) e
incluso ya me ha pillado algún verde (4ª). Cómodamente y sin apretar llego a la
playa y miro mi Garmin para ver el tiempo: 13 minutos y me digo que ni de coña
hemos nadado 750 metros (luego se demostró que estaba equivocado, pero con el
mar a favor fui MUY rápido). Me empiezo a liberar del neopreno de forma
bastante efectiva hasta la cintura y corro por la laaaaaarga transición hasta
llegar a boxes. Llego a mi bici y primer subidón porque hay bastantes bicis
alrededor de la mía, lo cual es buen indicador de que he ido bien. Me saco el
neopreno, me pongo calcetines, bambas de bici, gafas, casco, dorsal y… a
pedalear.
En la salida de boxes hay bastante aglomeración de bicis
(ver vídeo que adjunto), pero consigo salir bien. Mi único pensamiento en ese
momento es pillar un buen grupo al que me pueda unir. Voy rápido y fuerte. Me
uno a un grupo, al que sigo un buen rato. Hay un punto muy peligroso en el que
hay varios badenes lo que provoca que haya bidones por el suelo por culpa de
estos, con ciclistas que han caído. Tras
esto hay un giro muy estrecho de 180º . En este giro pierdo mi grupo e intento
darle caza, el grupo se está dispersando. Por suerte detrás viene otro grupo al
cual me uno y vamos pillando a los rezagados del grupo anterior. Me mantengo
dentro de este grupo todo el rato. Las velocidades son altas, con parciales de
entre 1:30 hasta como mucho 1:45/km. Estoy disfrutando un montón, me lo estoy
pasando de coña, me noto fuerte. Permanezco todo el rato en la parte trasera
del grupo y aprovecho al inicio de la 2ª vuelta (con otro giro peligroso muy
cerrado) para tomarme un gel. Al llegar nuevamente a los badenes y al giro
posterior procuro mantenerme más en el centro del grupo para no perder rueda.
Esto es francamente divertido. Decido cuando ya queda poco para llegar a meta,
ponerme en la parte trasera del grupo para ir a rueda y soltar un poco las
piernas. Finalmente llegamos al final del circuito ciclista y toca bajarse de la
bici con otra larguísima transición posterior para poder entrar en boxes. Llego
a mi posición en el box y veo con cierta alegría que faltan todavía muchas
bicis por llegar lo cual es de nuevo un buen indicador de que no voy mal del
todo. Me cambio de zapatillas y me pongo mis queridas Adidas Supernova
Sequence. Transición correcta.
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La foto que me hizo Enric Bonilla de Eurotri |
Empiezo la carrera a pie, por delante tengo 10 kms por el
paseo marítimo, dos vueltas de 5 kms en las que pasaré cuatro veces por el
mismo punto (ida y vuelta dos veces). En Palamós se me hizo súper pesado el
circuito de running, pero este se me hace más ameno. Intento ir a un ritmo
“conservador” sin forzar ya que quiero acabar entero sin problemas musculares,
nunca he estado tanto tiempo a tope y no sé cómo me reaccionará el cuerpo. La
gente me adelanta y yo casi no adelanto a nadie, no obstante el primer km lo
hago por debajo de 5 mins, lo cual en mi baremo es ir “rápido”. Decido
tomármelo con más calma y los siguientes parciales rondan los 5:15/km. Me
adelantar muchos triatletas del Prat Triatló y les saludo, busco a Xavi que
imagino me lo encontraré de vuelta y finalmente lo veo a la altura del
avituallamiento, se le ve a tope con tritraje con la cremallera bajada. Cojo
agua, bebo y continúo. Doy la vuelta de regreso a boxes y en el avituallamiento
pillo otra agua y me tomo mi segundo gel (km 4 aproximadamente). Decido no
beber más para no ir muy pesado como en Mataró. Voy bien, por no decir muy
bien, me planteo apretar un poco e intentar ir por debajo de 5 mins/km, pero lo
quito de mi cabeza. En esas que me adelanta un tipo súperalto que al verlo
correr parace que vaya despacio, con un estilo muy elástico de carrera, pero en
realidad va muy rápido: ¡qué bonito corre! Me parece admirable su técnica de
carrera.
Inicio la segunda vuelta y al cabo de poco rato me vuelvo a
cruzar con Xavi, le doy ánimos “ja queda poc!”, yo voy bien, me noto cada vez
más fuerte. Decido no coger agua en ninguna de las dos posibilidades que tengo.
Doy la vuelta y ¡ya sólo me quedan 2,5 kms para meta! Cuando ya falta poco para
llegar veo que he pasado justo al lado de alguien de la web www.eurotri.com que está haciendo fotos… a
ver si tengo suerte y me ha sacado alguna (después resultó que sí, además el
fotógrafo resultó ser Enric Bonilla del Gavà Triatló, uno de los primeros blogs
de triatlón que seguí). Ya me falta muy poco para meta y decido pegar un
acelerón, adelanto en la recta de meta a varios triatletas, me acerco al arco
de meta, señalo al cielo para dedicárselo a mi padre, me emociono, le envío un
beso y me echo a llorar. Te echo de menos papá, son ya más de dos meses sin ti.
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Mi entrada en meta, en el video es a los 20 segundos más o menos |
Intento reponerme emocionalmente, busco caras conocidas en
la zona de meta (Xavi o Crespi), pero no veo a nadie. Voy a la zona de
recuperación limitado a participantes, tomo bebida isotónica, como algo de
fruta, estiro y voy en busca de Xavi. Finalmente lo encuentro buscándome en lo
alto de la rotonda. Hablamos sobre cómo ha ido todo. Él me ha superado en mucho
en la carrera a pie (como siempre, Xavi es la gacela de Sant Cugat) y me ha
sacado bastante tiempo en las transiciones, pero en la bici hemos clavado el
tiempo. Yo estoy más feliz que una perdiz, y nunca aspiraré a superarlo porque
cada uno es consciente de sus capacidades y limitaciones. Finalmente nos
despedimos al entrar en boxes, recojo mi material, fotos para la posteridad… ¡y
para casa!
Próximo destino la Garmin de Barcelona (sprint) de este fin
de semana por gracia y cortesía de Esther, la mujer de Christian amigo del
trabajo y que trabaja en Garmin. Después daré por cerrada la temporada de
Triatlón y me centraré en la carrera a pie con un objetivo muy concreto para de
aquí a un mes: la Behobia – San Sebastián (tengo dorsal gracias comprarme unas
zapatillas Adidas).
¡Salud y kilómetros!
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