Este pasado fin de semana quise disputar mi segundo triatlón
olímpico y mi segunda competición del año. Desde mi abandono en el Maratón de
Barcelona de Marzo habían pasado tres meses en los que estuve centrado en mis
entrenamientos de triatlón y casi que el sacar tiempo fue aún más difícil. En
muchas ocasiones me levantaba a las 6 o 6 y media de la mañana para afectar lo
menos posible a los horarios familiares. Las sensaciones en natación fueron
cada vez mejores y en la bici pude disfrutar de varias salidas largas con Xavi
o con Pau además de las que de por sí suelo hacer sólo.
La semana antes del triatlón llevé mi bici a una tienda de
confianza para que le hicieran la puesta a punto. Así el día antes de la prueba
estaba convencido de que todo lo tenía en perfecto orden y controlado para
disfrutar de un fantástico triatlón.
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Todo súper preparado y controlado la noche antes, ¿seguro? |
La sorpresa desagradable fue al sacar mi bici del coche
cuando me iba a boxes y subirme a ella... Se me rompió uno de los dos tornillos
que sujetan el sillín a la tija de la bici. No me lo podía creer, esto era el colmo de la mala suerte. Cojo mis
herramientas y trato de hacer un apaño: muevo mi sillín hacia delante y lo
sujeto fuerte con el único tornillo que me queda en la parte trasera del sillín.
Con eso mi peso no debería hacer que se me venza el sillín para atrás (cruzo
dedos).
Dejo las cosas en boxes, me pongo el neopreno y hacia el
agua. Con la de tiempo que creía que iba a tener para calentar y resulta que
podré hacer un chapuzón muy corto. Se sale desde la playa donde muchos años
atrás iba con mis amigos tras las muchas noches de fiesta de salir por Salou.
Primero salen los federados y luego nosotros que somos un grupo también muy
numeroso, teniendo que dar dos vueltas, salir a la playa y volver a entrar al
agua. Procuro nadar a ritmo que pueda mantener, aunque no voy para nada flojo.
Recibo muchos golpes como siempre al llegar a las boyas, pero no me agobio. Al
final de la primera vuelta veo que voy bien de tiempo. La segunda nado más
agusto, sin tantos golpes aunque también me abro demasiado en un momento y nado
metros de más. No obstante al final de la segunda vuelta recibo un golpe
tremendo en la cabeza: alguien me ha dado una patada, pero no localizo al
responsable... Salgo del agua con un
buen tiempo para mí e inicio la larguísima transición. Me saco bien el
neopreno, me pongo casco, calcetines y zapatillas y a pedalear. Nada más salir
de boxes un chico que iba delante mío pincha rueda y pienso ¡qué mala suerte!
El circuito de bici es en un principio todo llano dos
vueltas que consisten en llegar casi hasta Miami Playa y volver a Cambrils. No
obstante, para salir de Cambrils hay que pasar por un muy breve pero fuerte
repecho para cruzar las vías del tren. Al llegar a la carretera me doy cuenta
que voy muy solo como para poder coger un grupo y pillar rueda. Al cabo de un
par de kilómetros, consigo unirme a un grupete de cuatro triatletas y alcanzo
buenas velocidades, aunque me cuesta seguir el ritmo (mi posición de pedaleo
excesivamente adelantada no ayuda). En una rotonda me quedo cortado y por mucho
que lo intento no los vuelvo a cazar. Llegamos a Miami y damos la vuelta
volviendo de nuevo hacia Cambrils. Me pasa un grupo grande al que trato de
unirme, pero estoy pedaleando mal y no consigo integrarme en el pelotón.
Llegamos a Cambrils y de nuevo damos la vuelta. Inicio los segundos 20 kms y me
doy cuenta que hoy realmente no estoy disfrutando, voy muy incómodo en la bici.
En estas veo como en sentido contrario (ya de vuelta Cambrils) hay ambulancias y parece que varios
triatletas caídos, y es que ir en grupo no siempre es fácil. Paso el km 30 casi
en solitario (he ido muy poco en grupo o a rueda de alguien). Mi sillín cada
vez está peor y me paro un momento: mi apaño está muy al limite y no tengo
herramientas para volver a apretarlo. Sigo como puedo, estoy en el kilómetro 35
de la prueba ya no queda mucho para acabar pero... De repente me quedo sin sillín, que se cae al
asfalto. Consigo no caerme, me bajo de la bici y soy consciente de que esto se
ha acabado, una lástima, pero como mínimo no me he hecho daño. Recupero mi
sillín y los tornillos cuando al lado mío paran dos triatletas que han
pinchado. Uno de ellos no tenía mucha idea de mecánica y no tenía ni tan sólo
Mancha, aunque sí cámara de repuesto. Así les ayudo y les digo que como mínimo
acaben ellos. Yo espero un rato a que me recoja un coche escoba que me lleve a
boxes. Una vez allí aprovecho para animar a los que acaban la carrera y veo
toda la carrera en distancia Sprint, lo cual tampoco está mal.
Ahora a esperar al tri de Gavà, me hubiera gustado hacer
otro triatlón antes, pero ya ha pasado casi un mes y sigo sin mi querida bici
de carretera. Me gustaría también poder repetir la Garmin de
Barcelona como el año pasado... Tengo
más ganas de tri que nunca
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