Este pasado sábado disputé por segunda vez en mi vida el
triatlón sprint de Banyoles. El año pasado lo utilicé como válvula de escape ya
que necesitaba estar sólo. Este año vi que lo volvían a hacer y decidí
apuntarme. No suelo hacer muchos triatlones sprint últimamente, pero este
realmente es uno que merece muy mucho la pena. Este año volvía a coincidir con
pruebas oficiales de la ITU (al día siguiente se disputaba el campeonato de
Europa sub-23) y de la Federación Española de Triatlón (mi prueba era
clasificatoria para el campeonato de España), con lo que había la garantía de
que estaría bien organizado.
Este triatlón tiene el aliciente de que se nada en el Lago
de Banyoles (sin oleaje y… ¡sin medusas!) y que el circuito de bici es cerrado
al público y muy variado (con algunos repechos tremendos y zonas donde se pueden
coger velocidades de vértigo).
Así me presenté a este triatlón algo más de un mes después
del anterior, el olímpico del Garmin de Barcelona (¡qué bien que me lo pasé
ese día!). En Banyoles decidí profesionalizarme algo en las transiciones: usé
por primera vez unas zapatillas de bici de triatlón que me puse al subirme a la
bici (y que me las quité también en marcha) y corrí sin calcetines. Llegué con
tiempo suficiente desde Llafranc, recogí el dorsal y puse todo en boxes.
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Los boxes antes de la carrera, muy bien organizado y espacioso |
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Selfie con todo preparado |
La salida en la natación era escalonada, con unas 4-5
salidas, nosotros salimos en la última (los plebeyos). Este año la experiencia
fue distinta ya que saltamos desde un pantalán donde cada uno ocupaba un recuadro
marcado en el suelo sobre moqueta azul para no entorpecernos. Dan la salida y
me tiro de cabeza. El agua estaba muy caliente (cerca de 30 grados), con lo que
daba más la sensación de nadar en una piscina. Procuro fijarme en la técnica de
nado, pero no me noto cómodo en ningún momento en la natación, aunque por
suerte no recibo ningún golpe. Cada vez que levanto la cabeza me da la
sensación de que estoy rodeado de chicas, ya que nos dieron un gorro de color
rosa. Después de un rato alcanzo la rampa con moqueta azul de salida del agua y…
¡oh sorpresa! ¡Mis clásicos 16 minutos en triatlón sprint! (quizás 15-30
segundos menos de lo habitual, pero lo mismo al fin y al cabo). Me dirijo todo
lo rápido que puedo a la zona de transición, me quito gafas, gorro y tapones,
me pongo gafas de bici, casco, dorsal y cojo la bici. Salgo descalzo y con mi
bici, todo bien.
Llego a la línea de montaje y con precaución me subo a ella
(lo había entrenado a conciencia). Bien, sin incidentes. Empiezo a pedalear con
mi pie izquierdo todavía chafando la zapatilla en la bici, hasta que al cabo de
unos metros cojo velocidad y me calzo y ato las dos zapatillas. Contento, mi
primera vez.
En seguida me pasa un
hombre algo mayor en la maniobra de la zapatilla. Al principio voy a su rueda,
pero veo que no va muy rápido y decido ir en solitario en busca de unos
ciclistas que veo más adelante. Al cabo de nada me pasa un pequeño grupo de
unos 6-7 triatletas al que me puedo unir y cazamos a un pequeño grupo de 2-3
corredores que hay delante. Formamos un grupo compacto de unas 10 unidades y
vamos a buena velocidad (cerca de 40 kms/h). Este año tengo la ventaja de que
me conozco el circuito y para nada quiero dejar escapar mi grupo en el primer,
fuerte y largo repecho que hay cuando te alejas del lago. Al encarar la primera
rampa el grupo se fracciona en tres y yo consigo mantenerme en el segundo grupo.
La gente le cuesta subir, yo en cambio voy bastante cómodo y tan sólo me pongo
de pie al principio, luego voy pedaleando con fuerza y tiro de mi grupo. Por
fin llegamos al llano y voy en cabeza de mi grupo, decido ir a por el primer
grupo de ciclistas, al que alcanzamos con cierta facilidad (me lo estoy pasando
muy bien sobre la bici). Llegamos a una urbanización donde hay una pequeña
subida y al final una rotonda donde dar
la vuelta. Aquí el grupo se vuelve a disgregar en pequeñas unidades. En la
bajada y vuelta al llano tiro del dorsal 4592 (un federado llamado Sergi
González) y logramos alcanzar de nuevo un grupo de 6-7 unidades. En este punto
nos encontramos con la fuerte bajada del primer repecho, todos bajamos a tope,
alcanzando velocidades de 60 kms/h. En el llano de después permanecemos 3
unidades, pero yo me descuelgo porque quiero beber tranquilamente y porque sé
que luego viene un último repecho matador de algo más de 1 km de largo antes
irte directo hacia Banyoles. Llego al repecho y voy adelantando gente, pero con
calma. En la bajada vuelvo a beber y procuro tomarme un gel. Finalmente
encaramos los últimos 2-3 kms bordeando el lago. En el último km me descalzo con cuidado las zapatillas. Me bajo en la línea tras casi 20,7 kms en
39 minutos y 42 segundos (no está mal teniendo en cuenta que no es nada llano).
Inicio la rápida transición (la hago, con la maniobra de
dejar bici, casco y ponerme las zapatillas de correr a 10 kms/h) y salgo a correr. A mis piernas
les cuesta adoptar la mecánica de las carrera y como siempre me noto raro el
primer km, pero aunque no lo parezca no voy lento del todo y hago el primer km
en 5:03. Sigo corriendo cada vez mejor, en este circuito de dos vueltas que no
es ni divertido ni aburrido (ganaría mucho si hubiese algo de gente animando).
Bebo solamente en el avituallamiento de la primera vuelta. Al inicio de la
segunda vuelta paso a dos chicas que se animan mutuamente y que cogen mi estela
al correr. Voy bien, procurando bajar de 5 mins/km. Encaro los últimos metros y
aprieto (tampoco puedo mucho) y acabo en 1 hora 25 minutos y 59 segundos,
exactamente 3 minutos menos que hace un año (en que me noté más flojo en la
bici). Supongo que un par de minutos los he ganado en la bici, 30 segundos en
las transiciones y 30 en la carrera a pie.
Paso la meta, y me dirijo al avituallamiento con fruta,
bebida isotónica MUY fresquita (¡genial!) y agua. Contento como siempre,
comento la jugada con otro triatleta que hemos clavado el tiempo y me voy a
buscar mis cosas. Un compañero de box me comenta que se celebra un olímpico en
septiembre también en Banyoles, no lo sabía, ¡quizás me apunte!
Así que balance genial, muy contento por la experiencia, las
sensaciones en la bici y por haber superado con éxito la T1 y la T2 con las
zapatillas en las calas.
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Selfie tras la carrera y contento |
Próximas citas: ya estoy apuntado al Triatlón Olímpico de
Gavà a finales de septiembre (sería mi tercera participación) y me hacía gracia
el de Tossa de Mar (13 de septiembre, con una bici dura de 45 kms con mucha
montaña), ¡aunque quizás me plantee el de Banyoles una semana antes!
Salud y kilómetros,
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